viernes, 26 de febrero de 2010
martes, 16 de febrero de 2010
El día que el deivid empezó a currar...
Si hay que unir las palabras con sus dibujos y hay algunas que faltan y otras que están mal cuando las unes pero el programa dice que está bien... entonces el programa funciona mal! Pues sí, esto es parte del curro.
Mañana empieza nueva liga de dardos en la que nos veremos las caras con nuestros discípulos aventajados (porque son mejores que nosotros jaja), Las Aguarrillas New Wave.
martes, 9 de febrero de 2010
Los hermanos Dalton.
Y a vuestra pregunta, no, aún no me he instalado el photoshop.
(pero mis montajes del paint están cada día más currados...).
domingo, 7 de febrero de 2010
viernes, 5 de febrero de 2010
...formateando y formateando...
Después del fallido intento de instalar windows 7 porque no reconoce los programas que me gustan, he vuelto al fantástico mundo del windows XP. Lástima que el sonido, internet, video... no se instalen directamente como en windows 7, pero sólo la necesito a ella, Elle driver! jojojo!
martes, 2 de febrero de 2010
...survival...
Te despiertas. Lo primero, un rápido vistazo a tu alrededor... sigues a salvo, aunque no sabes por cuanto tiempo. Por la ventana, miras el espacio una vez más... "infinito y hermoso, como siempre...". Te pones el traje, ese que antes te resultaba tan incómodo y ahora ves como una prolongación de tu cuerpo. "Es necesario, ahí fuera no durarías ni un segundo sin él." te dijeron. Compruebas tus armas, cada vez más desgastadas y húmedas... "espero que no me fallen llegado el momento.".
Te aventuras a salir de la habitación. Todo sigue en calma, siempre en calma, una calma que empiezas a odiar. A veces desearías que todo acabara de una vez. La sangre de los antiguos ingenieros aún cubre las paredes. Compruebas una vez más, "está seca... ¿por qué eres tan estúpido de seguir comprobándolo? hazte a la idea... estás sólo en esto.".
No hay luz, la linterna de tu pistola y las luces reflectantes del traje es todo lo que tienes para orientarte en la inmensa oscuridad de la nave. Piensas "si soy yo lo único que luce, es más fácil que me encuentren ellos que que yo les encuentre...". Apartas de tu mente esos pensamientos mientras sigues avanzando muy poco a poco... Cada paso te aleja más de tu "casa", ese cuarto en el que anoche decidiste dormir. Pasos cada vez más cortos, sucio y maloliente era el cuarto cuando lo encontraste, pero es el único lugar en el que te has relajado en semanas y te cuesta separarte de él... pero deber seguir.
Una puerta. Está entreabierta. Pasas por ella poniéndote de perfil por la estrechez de su abertura. No hay luz... como en casi toda la nave. Compruebas inútilmente el interruptor, "iluso...". Un laboratorio. Aquí experimentaban con ellos. Ellos provocaron todo lo que está pasando. En las camillas aún quedan algunos restos, podridos o en descomposición e insuficientes para poder hacerme una idea de a lo que podrías enfrentarte hoy. "Parece que me estoy acostumbrando a la oscuridad...". Una palanca en el suelo... toda ayuda es útil y decides llevarla contigo. Nada más consigues de esa nueva habitación y sales por la puerta buscando una nueva. "¿No hay comida en este sitio?".
Vuelves a avanzar despacio. Ya no te acuerdas de tu cuarto, o sí, pero el camino de vuelta ahora te parece demasiado largo. Encuentras una nueva puerta y te paras un momento, "¿esta nave tiene fin?". Intentas relajarte, sabes que llevas mucha tensión acumulada. Te sientas, descansas, comes uno de los tres pedazos de comida que aún conservas e imaginas lo que habrá tras la puerta... "otro laboratorio... un nuevo pasillo... o tal vez un buffet!". Sonries. Aún no has perdido el sentido del humor...
¡Un alarido tras la puerta!. "Arriba insensato!". Apuntas con tu arma a la puerta. Tu cabeza dice atrás, pero tus piernas avanzan, deben avanzar. El momento ha llegado. Compruebas tu munición, "será suficiente..." o eso esperas. Miras por la ventana de la puerta y, de repente, todo se calma. Cruzas la puerta... Te colocas estratégicamente en una esquina de la habitación y miras a tu alrededor... "está demasiado oscuro...". ¡Un alarido mucho más estridente! Una sombra inmensa se acerca, ahora puedes verla... "¡Dispara Isaac!".
Te aventuras a salir de la habitación. Todo sigue en calma, siempre en calma, una calma que empiezas a odiar. A veces desearías que todo acabara de una vez. La sangre de los antiguos ingenieros aún cubre las paredes. Compruebas una vez más, "está seca... ¿por qué eres tan estúpido de seguir comprobándolo? hazte a la idea... estás sólo en esto.".
No hay luz, la linterna de tu pistola y las luces reflectantes del traje es todo lo que tienes para orientarte en la inmensa oscuridad de la nave. Piensas "si soy yo lo único que luce, es más fácil que me encuentren ellos que que yo les encuentre...". Apartas de tu mente esos pensamientos mientras sigues avanzando muy poco a poco... Cada paso te aleja más de tu "casa", ese cuarto en el que anoche decidiste dormir. Pasos cada vez más cortos, sucio y maloliente era el cuarto cuando lo encontraste, pero es el único lugar en el que te has relajado en semanas y te cuesta separarte de él... pero deber seguir.
Una puerta. Está entreabierta. Pasas por ella poniéndote de perfil por la estrechez de su abertura. No hay luz... como en casi toda la nave. Compruebas inútilmente el interruptor, "iluso...". Un laboratorio. Aquí experimentaban con ellos. Ellos provocaron todo lo que está pasando. En las camillas aún quedan algunos restos, podridos o en descomposición e insuficientes para poder hacerme una idea de a lo que podrías enfrentarte hoy. "Parece que me estoy acostumbrando a la oscuridad...". Una palanca en el suelo... toda ayuda es útil y decides llevarla contigo. Nada más consigues de esa nueva habitación y sales por la puerta buscando una nueva. "¿No hay comida en este sitio?".
Vuelves a avanzar despacio. Ya no te acuerdas de tu cuarto, o sí, pero el camino de vuelta ahora te parece demasiado largo. Encuentras una nueva puerta y te paras un momento, "¿esta nave tiene fin?". Intentas relajarte, sabes que llevas mucha tensión acumulada. Te sientas, descansas, comes uno de los tres pedazos de comida que aún conservas e imaginas lo que habrá tras la puerta... "otro laboratorio... un nuevo pasillo... o tal vez un buffet!". Sonries. Aún no has perdido el sentido del humor...
¡Un alarido tras la puerta!. "Arriba insensato!". Apuntas con tu arma a la puerta. Tu cabeza dice atrás, pero tus piernas avanzan, deben avanzar. El momento ha llegado. Compruebas tu munición, "será suficiente..." o eso esperas. Miras por la ventana de la puerta y, de repente, todo se calma. Cruzas la puerta... Te colocas estratégicamente en una esquina de la habitación y miras a tu alrededor... "está demasiado oscuro...". ¡Un alarido mucho más estridente! Una sombra inmensa se acerca, ahora puedes verla... "¡Dispara Isaac!".
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