lunes, 29 de marzo de 2010

Señor lobo!


"Soy el señor Lobo, soluciono problemas."
"Bueno, pero no empecemos a chuparnos las pollas todavía..."
"Bien, yo conduzco a toda ostia..."
"Estoy a 20 min. de allí, llegaré en 10" (9 minutos más tarde...)

miércoles, 24 de marzo de 2010

Johan Lomu


Me encanta Lomu, menudo máquina... en 55 kilos estoy como él!
http://www.youtube.com/watch?v=xlsMTrGa_4k

martes, 23 de marzo de 2010

Desesperately looking for it...

...cuando todo parecía arreglado, no funcionaron los grandes juegos de todos los tiempos...
MALDICIÓN, yo que quería matar patos semanasanteros.

martes, 16 de marzo de 2010

Invictus!


Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.


Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.


Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.


No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma
...

miércoles, 10 de marzo de 2010

Otro día 10

Hamlet:   ¡Ser, o no ser, es la cuestión!—¿Qué debe más dignamente optar el alma noble entre sufrir de la fortuna impía el porfiador rigor, o rebelarse contra un mar de desdichas, y afrontándolo desaparecer con ellas? Morir, dormir, no despertar más nunca, poder decir todo acabó; en un sueño sepultar para siempre los dolores del corazón, los mil y mil quebrantos que heredó nuestra carne, ¡quién no ansiara concluir así! Morir... quedar dormidos... Dormir... tal vez soñar!—¡Ay! allí hay algo que detiene al mejor. Cuando del mundo no percibamos ni un rumor, ¡qué sueño vendrán en ese sueño de la muerte!

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 ¿Sólo unos huesos en un ataúd? No, todo.

jueves, 4 de marzo de 2010

Áyax Telemonio


El más fuerte de todos los griegos y el mejor luchador después de su primo Aquiles. Fue el único gran guerrero que no recibió ayuda por parte de ninguno de los dioses griegos. Mandaba su ejército llevando un gran hacha de guerra y un enorme escudo.

Ayax luchó con Héctor en dos ocasiones. La primera en un duelo que duró durante todo un día sin que hubiera un vencedor y en la que terminaron intercambiando sus armas en señal de respeto mutuo. La segunda fue durante una incursión de los troyanos en el campamento de los aqueos donde ambos pelearon en los barcos griegos. Ayax casi mató a Héctor arrojándole una piedra mayor que el propio príncipe troyano.





Cuando Patroclo murió, los troyanos intentaron hacerse con su cuerpo y alimentar con él a los perros pero Áyax luchó contra ellos protegiendo el cadáver y devolviéndolo al campamento griego y a Aquiles.

Se suicidó al enloquecer porque los griegos le negaron las armas de su difunto y amado primo, Aquiles.