Publio Cornelio Escipión, "Africanus", fue un general romano nacido en Roma en el 236 a.C. y muerto en Liternum (Campania) en el 183 a. C. Hace poco he terminado la trilogía "Africanus", de Santiago Posteguillo, y me ha encantado a muchísimos niveles.
He aprendido mucho de la Roma de la época y concretamente de la figura de Escipión. Había oído hablar de él (diría que por primera vez) y de Anibal en la película "Gladiator" (peliculote), donde los gladiadores recrean la batalla de Zama. Desde siempre me había intrigado, pero porque me gustaba cómo sonaba la palabra "Escipión" (que, según parece, significa bastón), no por nada más particular.
Además, creo haber aprendido algo sobre la política en general. Resulta que no es que la política actual haya degenerado muchísimo y tengamos los peores políticos del mundo (aunque eso es discutible, claro). Sucede que esto lleva pasando casi desde el inicio de la política. Los romanos fueron de los primeros en crear un órgano de gobierno como el senado, en el que se discutían y se votaban las leyes. Lógicamente, había grupos más afines (igual que pasa ahora con los partidos políticos), y el bien común se perdía entonces igual que ahora.
Escipión fue, posiblemente, el general romano más importante de la historia. Conquistó Hispania, donde previamente habían muerto su padre y tío, cuando estaba invadida por los ejércitos cartagineses, que habían pactado con los Íberos. Escipión conquistó la inexpugnable Cartago Nova (actual Cartagena), capital del Imperio cartaginés en Hispania, en solo 6 días. Y fue consiguiendo alianzas con los Íberos que permitió finalmente conquistar toda la península.
Después, se decidió a invadir África para intentar que Anibal, general cartaginés que llevaba más de 10 años asolando Italia con sus legiones y sus elefantes de guerra, tuviera que volver a Cartago para defenderla. Gracias a la intervención del senado cartaginés (que apoyaban a Anibal lo justo y le dieron los soldados justos. Política una vez más, amigos míos), consiguió derrotar al posiblemente mejor general de la historia en esta batalla, con lo que consiguió terminar con el imperio cartaginés que, en esa época, era más poderoso que el romano. Es increíble pensar lo diferente que sería la historia y nuestras vidas si todas estas casualidades no se hubieran dado. Por supuesto, el botín que consiguió para Roma fueron varios millones de talentos, además de alimento, barcos, y un largo etcétera.
Después de todo esto, vivió bien muchos años, hasta que el Imperio seleúcida, con Antíoco III como rey, fue una amenaza para Roma. Lucio Cornelio Escipión lideró las tropas romanas contra los seleúcidas, pero Publio, que acompañó a su hermano en esta expedición, era el que realmente tomaba las decisiones. Resulta que el ejército de Antíoco III era el más poderoso de la época y se creía invencible, e incluso contaba con Anibal como general (que había sido desterrado de Cartago por intentar arreglar los problemas de corrupción de los senadores cartagineses). Sin embargo, gracias a que Antíoco III no destacaba por su inteligencia y no hizo caso de ningún consejo de Anibal en la batalla, los romanos pudieron tender una trampa a los catafractos seleúcidas (caballos de guerra acorazados con armadura tanto para el jinete como para el caballo. Era la más peligrosa y mortífera unidad de guerra de la antigüedad.), sacándolos de la batalla haciéndoles perseguir a parte de la caballería romana, hasta que volvieron y descubrieron que el resto de soldados seleúcidas, sin su ayuda, habían caído y tuvieron que rendirse.
De nuevo Escipión llevó millones de talentos a las arcas de Roma y, según la antigua tradición romana, su hermano y él, como generales vencedores, se quedaron con una pequeña parte del botín (500 talentos) que no llegaron a declarar al senado romano (como hacían todos los generales).
Resulta que la política romana ya era tan corrupta que esta razón hizo que, años más tarde, Escipión, que había salvado al Imperio romano de caer en al menos dos ocasiones, fuera desterrado de Roma. Había llenado las arcas del estado con tanto dinero que sus oponentes políticos (liderados por el censor Marco Porcio Catón) empezaron a circular el rumor de que pretendía hacerse rey de Roma y, por el miedo a la pérdida del senado como instrumento político, decidieron desterrarle. Los 500 talentos romanos "robados" fue el delito oficial que se dio para forzarle a este destierro. Esto es prácticamente tan bueno como cuando consiguieron por fin condenar a Al Capone por evasión de impuestos. Escipión, pasó sus últimos años desterrado en Liternum, donde murió.
Morajelas: nunca subestimes a tus enemigos; nunca te confíes; no seas prepotente; una sola persona puede marcar la diferencia.